—Pusiste mi mundo
boca abajo. Mi mundo era ordenado, tranquilo y controlado, entonces entraste en
mi vida con tu boca rápida, tu inocencia, tu hermosa y tu tranquila temeridad…
y todo antes de ti fue simplemente aburrido, vacío, mediocre… fue nada.
Oh, mi Dios.
—Me enamoré.
—También yo.
—Lo haces?
—Sí.